Tras recorrer 415 kms. desde la CDMX Los Polos Viajeros llegamos a Huatusco en Veracruz donde una ligera neblina y verdes montañas nos dieron una refrescante bienvenida. Pero se preguntarán porque fuimos ahí, la respuesta es muy sencilla: Primero que nada queríamos conocer el Citlaltépetl mejor conocido como Pico de Orizaba y segundo para practicar el Turismo Rural de alta montaña en Tomatlán. ¡Chulada!
Lo primero que hicimos fue instalarnos en un hotel a las afueras del centro de Huatusco, el Hotel Misión los Cocuyos, sin duda el mejor de la zona. De arquitectura colonial contemporánea combina a la perfección el confort y la calidez de un hotel de alta montaña. Cuenta con habitaciones muy amplias y con chalets o cabañas independientes con cocineta y chimenea. ¡Están de lujo!
Rápidamente y sin que nos diéramos cuenta, Isa y Santi se dirigieron a la alberca y nos convencieron de pasar todo el día en el hotel ya que el trayecto había sido largo. La verdad es que a nosotros no nos costó mucho trabajo ya que realmente necesitábamos descansar del ajetreo citadino y la manejada.
A la par aprovechamos el tiempo para coordinar nuestro itinerario del día siguiente y después de cenar nos fuimos a descansar muy temprano pues sabíamos que el día siguiente estaría lleno de aventuras.
Siempre planea bien y con tiempo tus itinerarios para ahorrarte dinero y contratiempos.
Al día siguiente, y tras haber pasado una relajante noche, el reloj despertador sonó a las 4:00 am. ¿Neta? Sí, y con los ojos semi abiertos nos forramos con ropa térmica y abrigadoras chamarras para dar inicio a nuestra travesía. Todavía con el almohadazo y dando uno que otro bostezo a las 4.30 am ya estábamos en recepción donde nuestros amigos de Turismo y Aventura Cuauhtochco comandados por Manuel nos esperaban para llevarnos a las faldas del Citlaltépetl a bordo de una camioneta Pic-up. Los 4 nos acurrucamos, nos tapamos con una cobija y nos dormimos un rato mientras nos acercábamos a nuestro destino. Nos dimos cuenta que estábamos cerca pues la temperatura comenzó a bajar y el frío se hizo cada vez más intenso; lo bueno es que íbamos bien abrigados. Nuestra meta era llegar al albergue Piedra Grande para de ahí caminar lo más cerca posible de la nieve, aunque sabíamos que quizá esto no sería posible pues no siempre se puede.
En una de las paradas nos topamos un río con cascadas congeladas, lo que nos dio una idea del clima que prevalece en la zona y es que aún con sol la temperatura es baja y cala hasta los huesos. ¡Brrrrr!
Con frío y toda la cosa pero nosotros nos divertimos como enanos. Los niños no se bajaron pues estaban profundamente dormidos. ¡Zzzz!
Recuerda que es muy importante ir bien abrigado al estilo cebollita, o sea en capas.
Otra factor que es importante considerar si decides ir por tu cuenta al volcán es que el camino es sinuoso, empedrado, de terracería y a veces con lodo por lo que es recomendable viajar en un auto todo terreno o en una camioneta alta.
No fue nada agradable ver en el camino autos descompuestos, atascados o que de plano que no subían las pendientes por falta de potencia así que te reiteramos que es mejor que te lleven los expertos. Finalmente, después de unas 3 horas de recorrido pudimos llegar al albergue Piedra Grande el cual se encuentra a 4,350 mts. de altura sobre el nivel del mar. ¡Chulada de vista!
Hasta ese momento el famoso mal de montaña nos había respetado y nuestro esfuerzo se vio recompensado con hermosas vistas que pudimos contemplar desde aquellas alturas, literal estábamos paseando sobre las nubes.
En el albergue prácticamente no hay nada, es simplemente un lugar que ofrece refugio a los montañistas experimentados que van a pasar ahí la noche en sus bolsas de dormir. No esperes encontrar un restaurante o algo parecido, lo mejor será que vayas bien preparado con snacks y lo que te haga falta. Nosotros llevamos sandwiches, agua, barras energéticas y galletas con chisopas de chocolate que nos devoramos antes de emprender la subida a pie. ¡Yummm!
A partir del albergue hay un camino de cemento por el cual se puede subir, pero en esta ocasión la nieve estaba muy arriba por lo que nos fue imposible acceder a ella. Entre más asciendas podrás observar mejores paisajes y reencontrarte contigo mismo y la naturaleza que te rodea. ¡El espectáculo es fantástico!
Pero también ten en cuenta que entre más subas te será más difícil respirar y te cansarás rápidamente. Además, cada cuerpo es diferente; sí, en nuestro caso 2 de nosotros empezamos a experimentar mareos y dolores de cabeza por lo que decidimos parar y regresar. ¡Más vale! Si nunca has intentado un ascenso de este tipo Veracruz te ofrece la oportunidad de hacerlo en la montaña más alta de México, sólo no olvides tomar las debidas precauciones para que lo disfrutes al máximo.
Esta es una experiencia que te dejará muchas satisfacciones y que si la realizas con tus amigos o familia los unirá aún más ya que el trabajo de equipo es vital para cumplir el objetivo. ¡Ven y cárgate de energía en este paraíso!
Ojo… Este tour pudiera parecer sencillo pero no es apto para niños menores de 7 años ni para adultos mayores con problemas de presión o del corazón, además de que se requiere de condición física relativamente buena. Para cuando emprendimos el descenso hacia el hotel ya veníamos totalmente rendidos y con sueño así que nos quedamos profundamente dormidos en el auto, pero aún así llegamos con ganas de nadar y relajarnos en la alberca.
El hotel también cuenta con temascal tradicional así que si eres amante de los rituales prehispánicos no te lo puedes perder.
Lugar de tomates
A la mañana siguiente el canto de los pájaros nos dio los buenos días, era tiempo de nuestro siguiente destino, Tomatlán a tan sólo 45 minutos de Huatusco. Manuel nos había hablado maravillas de este lugar y acompañado por gente de la comunidad pasaron por nosotros al hotel y nos llevaron a desayunar a un lugar muy especial, con nuestra tocaya, Polita. Famosa entre los tomatleños por preparar los mejores triángulos de la región. ¿Triángulos? Es una especie de tlacoyo o gordita pero en forma de triangular. Según nos cuenta nuestra anfitriona el secreto está en los frijoles y la hoja de aguacate que le ponen pero sobre todo en la pasión por servir y hacer bien las cosas. ¡Mejor imposible!
Su plática y su don de gente hizo que Santiago e Isabella le pidieran que les enseñara a prepararlos y como buena anfitriona les mostró cómo hacerlo, no cabe duda que la habilidad de Polita es nata.
Y si te preguntabas por qué nos gusta practicar el turismo rural es precisamente por eso, por interactuar con la gente local; conocer sus hábitos y costumbres es un honor invaluable y una experiencia de vida que no tiene precio. Y qué les podemos decir de los triángulos, una verdadera delicia; sabemos que las palabras no trasmiten los sabores pero esperamos que se imaginen de lo que hablamos resumiendo todo en una sola… ¡Sublimes!
Aquí no se vale estar a dieta pues además hay sopes, quesadillas, tacos y muchas otras delicias.
Un verdadero regalo convivir con gente buena, trabajadora, orgullosa de sus raíces y tradiciones. Tal es el caso de Juan, hermano de Polita, que a un costado de donde venden los antojitos tiene su taller de carpintería y ebanistería de nombre “San Juan”.
Este noble carpintero fue uno de nuestros anfitriones durante nuestro recorrido en Tomatlán, pero además nos invitó a su taller mostrándonos la nobleza de su oficio. Y no sólo eso sino que también nos enseñó cómo tallar la madera. Hoy somos conscientes del trabajo, tiempo y esfuerzo que conlleva hacer unos muebles de forma artesanal. Ya sabemos quién nos va a hacer los muebles ahora que nos cambiemos de casa. Y no lo olvides… ¡Di NO al regateo!
Gracias Polita, Juan y familia por abrirnos las puertas de su humilde pero acogedor hogar.
La hora del postre
Después de tan rico desayuno en definitiva nos faltaba algo dulce, así que como parte del tour nos llevaron a comer piloncillo. Pero no a una tienda sino directamente en donde lo producen. ¡Detallazo!
Así pues fuimos al trapiche de Don Rafael Zoccolotto, quien gustoso nos mostró el proceso completo que conlleva hacer las dulces panelas (así le llaman al piloncillo); desde cortar la caña de azúcar, pasando por hacer la melcocha, hasta el empaquetado del producto final. ¡Impresionante!
Además de ser una tradición familiar, Rafa provee de trabajo a la comunidad y es un firme creyente de que el trabajo debe hacerse con alegría, por eso la música nunca falta durante la jornada. Carambolas… Que bien nos cayó y creo que nosotros también le caímos bien pues nos regaló una caja de piloncillos. ¡Infinitas gracias!
Nos explicó que cada trabajador tiene una labor fija en el trapiche, para la cual debe ser “el más trucha”. Y es que aquí el que no se fija se quema.
Así conocimos a todo el personal, pero uno llamó más nuestra atención, el diablo le decían. Él era el encargado de alimentar el fuego que calienta el jugo de la caña de azúcar, sin el cual este proceso no podría llevarse a cabo.
Estos son los tesoros que encierra el Turismo Rural, te da la oportunidad de conocer a grandes personajes. Fue un agasajo saborear este dulce mexicano que todos conocemos pero que muy pocos saben cómo se hace.
Ustedes no están para saberlo pero nosotros sí para contarlo, en casa tenemos al fan #1 del piloncillo, sí, a Santiago le encanta.
Un rinconcito de historia y cultura
Muy cerca de ahí están las ruinas del puente por donde corría el legendario tren de vapor llamado El Huatusquito. Cuentan que su concesión le fue otorgada en parte al Capitán Porfirio Díaz Ortega, este ramal pretendía comunicar Córdoba con Coscomatepec para finalmente llegar a Huatusco, cosa que jamás sucedió pero aún así conservó su célebre nombre. Hoy en día sólo quedan las estructuras de piedra que sostuvieron alguna vez al puente, pero en la memoria de los más ancianos aún viven las historias y leyendas de lo que significó este emblemático tren. Así que para conocer aún más acerca del Huatusquito nos fuimos al Museo Comunitario de Tomatlán, ubicado en lo que fuera la antigua estación del tren. Ahí pudimos observar fotos históricas, documentos y hasta algunas vías de tren originales por donde antaño corría la maquina de vapor.
El museo, aunque pequeño, es muy interesante y posee una gran colección de vestigios pertenecientes a los antiguos habitantes de Tomatlán tales como entierros, esculturas, instrumentos de caza, objetos de la vida cotidiana, artesanía y hasta fósiles. ¡Vale mucho la pena visitarlo!
Las revelaciones y nuevas promesas
El día estaba llegando a su fin pero no nos podíamos ir sin conocer a dos jóvenes artistas tomatleños, el primero fue Oscar García, habilidoso creador de increíbles máscaras de madera quien nos recibió en la intimidad de su taller. Un verdadero privilegio ver la destreza, habilidad y sobre todo la alegría con la que trabaja este joven artesano.
El segundo fue Becker Usiel Fitta, pintor y muralista de las tradiciones y los hechos históricos mas relevantes del pueblo. Buenazo en lo que hace y además es como un guía local pues se conoce todos los rincones del pueblo.
Es muy gratificante saber que las nuevas generaciones del pueblo se van interesando en las tradiciones artesanales y las artes plásticas lo cual garantiza que estas no morirán. Al platicar con ellos nos queda claro que para el arte no hay límite de edad. Gracias a ambos por recibirnos, explicarnos y mostrarnos su maravilloso trabajo. ¡Felicidades!
Turismo rural auténtico
Si buscas su significado seguramente no lo encontrarás por ningún lado. Pero te aseguro que sí puedes experimentarlo en vivo y a todo color a través de nuestro país. En definitiva es un tipo de turismo que no es para todos… Sólo para aquellos viajeros abiertos de mente y corazón que quieran conocer «el otro México»; el México humilde y sencillo donde las poses no valen, el México de la gente del campo, de la gente que trabaja y se esfuerza día con día por salir adelante de una forma digna, de la gente que sin tener la más mínima experiencia en cuanto a turismo se refiere te trata como si fueras un rey o mejor aún como parte de su familia ofreciéndote lo mejor de sí mismos.
¡EXTRAORDINARIA! Así fue la experiencia que vivimos Los Polos Viajeros en la comunidad de Tomatlán. Gracias totales a todos los que nos recibieron; repetidas gracias por abrirnos las puertas de su alma y de su corazón; somos muy afortunados en haber tenido la dicha de convivir con todos ellos y ahora considerarlos nuestros amigos. Faltó mucho por recorrer así que sin duda… ¡Regresaremos!
Lo que no te puedes perder
Dos cosas, el delicioso mole de Tomatlán acompañado de arroz y tortillas hechas a mano; y los tamales de frijol con hoja de aguacate. ¡Un verdadero manjar!
Escapada
Nosotros te recomendamos hacer base en Huatusco pues además de que ahí se encuentra el hotel, es como quien dice un punto de partida y referendum obligado de la zona. Reserva un día para visitar sus atractivos como lo son el Parque Ignacio Zaragoza, la Catedral de San Antonio de Padua, La Escultura Monumental de La Virgen de Guadalupe, Bambuver y La Finca Casandra. ¡Verás como no te arrepientes!
El TIP
Marzo es un buen mes para visitar la montaña ya que aún hace frío y tienes grandes posibilidades de encontrar nieve más abajo que de costumbre además de que los caminos no estarán tan lodosos. ¡Todo es cuestión de que te informes antes de ir y que tengas suerte!
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