De seguro habrás escuchado la frase… ¡Ni yendo a bailar a Chalma! ¿No? Entonces déjanos contarte que en este pequeño poblado del Estado de México año con año llegan miles de fieles peregrinos ya sea a pie, en bici o en auto a un enigmático santuario. A estas grandes peregrinaciones algunos las llaman «chalmeadas» cuyo objetivo principal es: Pedir favores, pagar mandas o a dar gracias por algún milagro cumplido. Este es sin duda uno de los santuarios más famosos y concurridos de todo México así que si necesitas una ayudadita divina, este es el lugar adecuado.
Chalma es un sitio donde se vive y se contagia la fe
La historia detrás de los milagros
La región de Chalma siempre ha estado rodeada de cuevas donde años atrás los antiguos pobladores acostumbraban dar culto a sus dioses. Cuentan que en una de ellas tuvo lugar la aparición de un Cristo crucificado con un ídolo pagano destrozado a sus pies lo cual fue el detonante para lograr la evangelización por parte de los frailes agustinos. Tiempo después se construyó el santuario donde ahora ese Cristo es venerado por considerarlo milagroso. De todas partes del país llegan fieles a pedir pequeños o grandes favores y a decir de muchos, incluido este que escribe, el Cristo siempre nos cumple.
El majestuoso ahuehuete
Con más de 40 metros de altura y sus más de 200 años de longevidad se yergue este gran ahuehuete del cual emana agua, pero no cualquier agua, cuentan que esta es milagrosa y curativa, ¿será? Si vas al santuario primero tienes que hacer una parada en este lugar , desde nuestra llegada Los Polos Viajeros fuimos abordados por numerosos vendedores de coronas de flores. La tradición obliga que todo peregrino que vaya por primera vez debe adquirir una y portarla en la cabeza así que siguiendo el viejo y conocido refrán, «a donde fueres has lo que vieres», fue que compramos las nuestras y las portamos con singular elegancia. Una vez coronados, el ritual manda sumergirse en las cristalinas aguas del manantial para ser purificado. Aquí es donde la mayoría se raja y pierde la oportunidad de obtener su favor pues al ser aguas de manantial las pozas están lo que le sigue de frías. De plano LPV tuvimos dos bajas a este respecto, Lorena e Isabella metieron sólo los pies así que supongo su petición será atendida a medias. Y obvio Santiago no iba a dejar pasar la oportunidad de darse un buen chapuzón, por si no lo habían notado él nunca tiene frío, y yo (que soy muy friolento) le tuve que hacer segunda a regañadientes (siempre me pasa lo mismo). Y así, temblando, al menos yo, nos fuimos metiendo poco a poco hasta la cintura. No vayan a creer que duramos mucho dentro del agua, fue algo rápido pues además estaba haciendo mucho aire, sea como sea logramos nuestro cometido. Experimentar las heladas aguas y compartirlas con cientos de peregrinos es algo indescriptible, algo así como dice la canción de mi amigo Enrique Iglesias… ¡Casi una experiencia religiosa!
Durante tu visita se respetuoso de las costumbres de los demás
Una vez afuera y mientras nos secabamos, pasó un vendedor ofreciendo una extraña botana. Eran unos ricos y crujientes acociles de río con cilantro, limón y chile. Como ya hacía hambre pedimos una orden y los devoramos. ¡Estaban deliciosos!
Una vez cambiados nos dirigimos a una pequeña explanada que está al lado de las pozas donde se hacer el ritual del primer baile que representa la alegría de estar próximos al santuario. Ahí todos le sacan brillo a la pista o al menos eso intentan, el chiste es moverse y contagiarse de alegría, así que LPV nos sacudimos la pena y también nos aventamos nuestros quiebres. Por último, los peregrinos pueden dejar la corona de flores a los pies de una imagen de Cristo que está ahí mismo o llevarla consigo hasta el santuario, nosotros nos la llevamos. Aunque tienes que saber que en el templo está prohibido dejar las coronas dentro del templo pues son miles los peregrinos que van y sería imposible albergarlas a todas. Ya purificados emprendimos el viaje para ver al Señor de Chalma, puedes hacerlo a pie (son 6 kilómetros) o acercarte en auto y recorrer la última parte a pie por un camino de lonas, puestos de comida, artesanías y artículos religiosos.
La tradición manda que debes escuchar misa y al final acercarte a los pies del Cristo y hacer tu petición, el resto será esperar, pero si tu favor es concedido ten por seguro que tendrás que regresar. Así que no te preocupes pues cubriendo todos los puntos de este ritual se puede decir que estás del otro lado, tu petición será atendida. Pero ojo… No debes abusar y pedir imposibles, como Santi que quería pasar todos los exámenes sin estudiar, de ahí el famoso refrán ¡Ni yendo a bailar a Chalma!
No importa si eres creyente o no, este es un lugar al que hay que ir al menos una vez en la vida. Te aseguro que terminarás contagiado de la alegría de los que bailan y si no te quieres meter al agua no importa, mójate aunque sea las manos, además ahí venden garrafones para que lleves el agua milagrosa a tu hogar.
Prepárate para ver escenas de devoción increíbles que quizá no entiendas
Sabores divinos
En el ahuehuete encontrarás una gran variedad gastronómica. Las cocineras compiten ofreciéndote lo mejor de su repertorio culinario al son de “pásele a probar” por lo que te será difícil decidirte por un puesto. Así que mejor relájate y si no eres conductor designado ve abriendo el apetito tomándote un vasito de pulque, un curado de frutas o una fresca clamochela. Si vas con familia y amigos les recomendamos que cada quien pida algo diferente para que puedan probar un poco de todo, así que no te olvides de ordenar la jugosa cecina natural o enchilada, unos ricos pambazos, la trucha al quelite, tamales de charal o un rico conejo enchilado. De postre están las típicas alegrías, palanquetas, cocadas, pepitorias y demás dulces tradicionales del Estado de México. ¡Así o más sabroso!
Lugares y situaciones que jamás imaginaste te esperan en tu camino a Chalma, un paseo que puedes organizar por el simple hecho de conocer lugares hermosos y diferentes o porque necesites algo de ayuda del Patrón Divino. Chalma te ofrece lo mejor en costumbres, tradiciones y cultura, como que este lugar se me está antojando para organizar una fotoXperiencia. ¿Qué opinas?
El tip viajero
No olvides tu traje de baño, toalla y un cambio de ropa. Y a menos que seas muy devoto de estas tradiciones o quieras vivir el gran fervor que éstas desatan, nuestra recomendación es que no vayas los días de fiesta ni en Semana Santa pues el tráfico y tumulto por las peregrinaciones es muy intenso, mejor ve un fin de semana cualquiera y disfruta.
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A 2.15 HORAS DE CDMX