Somos 4 de familia y aunque todos tenemos el mismo gusto por viajar, es de esperarse que cada quien tiene sus propias aficiones que le apasionan. ¡Que viva la libertad de expresión cualquiera que ésta sea!
A Isabella por ejemplo le encanta la danza regional y los Musical.ly’s (si no sabes que es esto no te preocupes, es cuestión generacional), a Santiago le apasiona el futbol y los videojuegos y yo soy fan de las series de Netflix, por cierto recomiéndenme una de acción o suspenso. Pero… ¿Y Lorena? Ella se voló la barda, a ella lo que le gusta es la velocidad.
Ahí como la ven de tranquila es bien extrema y pues le gusta correr autos. ¡Caras vemos!
Y si bien es cierto que no tiene muchas oportunidades de correr tan seguido como ella quisiera, vaya que ha hecho sus «pininos», pero todo se compensa cuando puede vivir la emoción del máximo circuito del automovilismo, la Fórmula 1.
Desde su regreso a México en 2015 y tras 23 años de ausencia, se ha convertido en un magno evento que atrae a gente de todo el mundo deseosa de ver correr a los máximos exponentes de este deporte.
Y el escenario para tal efecto no podía ser otro que el mítico Autódromo Hermanos Rodríguez que desde mi muy humilde opinión, y a pesar de contar con algunas limitaciones estratégicas, ha sabido responder a las expectativas que año con año genera esta formidable competencia.
Yo, quien escribo, no me considero un «fan de hueso colorado» de los autos de carreras, pero a través de los años y gracias a un par de trabajos como fotógrafo, cubriendo eventos similares a éste, he aprendido a disfrutarlos en grande.
La magia y el color que encierran, aunado al inmejorable ambiente en las tribunas que siempre nos encargamos de poner los mexicanos, hacen de este tipo de desafíos algo realmente único en el mundo.
Para Los Polos Viajeros el Gran Premio de México 2018 fue muy especial, pues ya habíamos decidido tiempo atrás que llevaríamos a los pequeños Politos a su primer F1.
Y es que eso es lo increíble de este magno evento, que si bien está enfocado en su mayoría a los adultos, ya sea por el tipo de afición que gusta de las carreras o los patrocinios que posee o por la cantidad de bebidas alcohólicas que se venden en su interior , podemos decir que el ambiente es netamente familiar.
Así que seas un mega fan o no, tengas 11, 45 u 80 años, la adrenalina y emoción que despierta esta competencia te pondrá los pelos de punta.
Bien dicen los organizadores que el Gran Premio de México es mucho más que una carrera pues la idiosincracia del mexicano hace que así sea, no imagino ninguna otra tribuna del mundo del automovilismo donde se haga la clásica ola o se cante el Cielito Lindo a todo pulmón, o que veas aficionados disfrazados de luchadores o sombreros de charro ondeando en lo alto… Sí, así somos los mexicanos, fiesteros, audaces y con un folklore a flor de piel que se dispara ante cualquier pretexto. ¡Viva México!
Y si a eso le sumamos que en este tipo de eventos nos tocan fibras sensibles como lo son el Himno Nacional, nuestras tradiciones del Día de Muertos, los alebrijes y los colores patrios, tenemos los ingredientes perfectos para una mega fiesta.
Y por supuesto la cereza del pastel es tener a un exponente mexicano participando en este máximo circuito, Sergio «Checo» Pérez. Aunque por desgracia tuvo que abandonar la carrera por un desperfecto en su auto, nos hizo vibrar durante tres días. Gracias Checo por demostrarnos que no importa qué tan grande o imposible sea el sueño, con esfuerzo y tenacidad puedes lograr lo que te propongas.
Y creo que ése es el máximo aprendizaje y ejemplo que podemos infundirles a nuestros hijos en eventos como estos. Que sueñen, que se esfuercen y que logren sus objetivos mientras hacen lo que les apasiona. ¡Felicidades al piloto del automóvil #11 por demostrarnos que el «sí se puede» es más que una simple frase!
¿Que si Isa y Santi lo disfrutaron? De eso no hay duda, es más, quedaron maravillados no sólo por la emoción de ver y escuchar los autos correr a tan altas velocidades, sino también por todo lo que rodea a la F1. ¡En especial los confetis del final!
Si tú eres un fan asiduo a este tipo de eventos y siempre te has preguntado si vale la pena llevar o no a tus hijos, más bien lo que debes preguntarte es a qué edad es conveniente llevarlos. Si me lo preguntas a mi yo diría que por encima de los 10 años ya es una buena edad para introducirlos al fascinante mundo de la F1. Quizá no a los tres días de competencia pero sí a la gran final, pues es ahí donde el ambiente se vive en su máxima expresión.
¿Qué quién ganó la carrera? Seguramente ya lo sabes. De todas maneras aquí te dejamos foto del podio de ganadores.
Lo que es un hecho es que todos los asistentes también fuimos ganadores, pues además de presenciar una excelente carrera, dicho por los expertos, nos la pasamos muy bien en familia y con los amigos, máxime que al final todo se convirtió en una gran fiesta con todo y DJ incluido. ¡Que viva el punchis punchis!
A los mexicanos nos queda por lo menos un año más del Gran Premio de México, ojalá pudieran ser más pero eso ahora sólo depende del nuevo gobierno quien tengo entendido ya está analizando las opciones. ¡Crucemos los dedos! Quién sabe, en una de esas y en los próximos años seas tú quien lleve a sus hijos a su primer F1. Si es así… ¡Disfrútenla!
Si saben de circuitos donde podamos experimentar el automovilismo amateur de manera segura no duden en avisarnos. ¡Ya nos quedamos picados!