Ubicado en el Estado de Querétaro y conocido como el lugar de los manantiales, Amealco de Bonfil es un pueblo de costumbres bien arraigadas. Los Polos Viajeros tuvimos el honor de visitar un taller de artesanas hñähñus en donde vivimos una experiencia increíble y que queremos revivas con nosotros.
Los indígenas ñhähñus también son conocidos como otomíes
Un pueblo con encanto
¿Y por qué ir a Amealco? Pues les he de confesar que yo llegué ahí de casualidad hace un par de años y quedé maravillado con todo lo que vi. Por eso decidí regresar con Lorena y los niños en un paseo de ida y vuelta pues se encuentra a tan sólo 2 horas y media de la ciudad. De entrada lo primero que visitamos fue la imponente Parroquia de Santa María que se terminó de construir a principios del siglo XX y donde es venerada la Virgen de la Purísima Concepción. Obvio no sabíamos que es considerada una de las Iglesias más bonitas y grandes del estado. Todos los días se aprende algo. Justo enfrente se encuentra el jardín central cuyo atractivo principal es un hermoso kiosco engalanado con arcos y tejas de barro rojas. Lorena y yo decidimos sentarnos y relajarnos un rato en las bancas mientras Isa y Santi corrían de un lado a otro libres como el viento. Un lujo que desgraciadamente no se pueden dar en la ciudad. ¡Lástima!
La artesanía de Amealco
Los artesanos hñähñus de Amealco se distinguen por crear un sin fin de piezas decorativas y prendas de vestir de diferentes materiales y tamaños. Pero es la alfarería moldeada y pintada a mano y sobre todo las muñecas de tela las que le dan renombre a este hermoso rincón queretano.
Las vemos por todo México pero pocos saben que las muñecas de tela nacieron en Amealco
Pero que les parece si vamos por partes, primero decidimos ir con Antonia y Luis, un joven matrimonio de humildes alfareros que muy amablemente nos recibieron en su taller para enseñarnos el proceso de la elaboración de figuras de barro. La simpática Antonia nos dio un tour por la tienda y el taller y al llegar a un torno de piedra nos mostró la técnica para hacer un puerquito de barro invitando a Isabella y Santiago a participar del proceso. Con gran destreza formó la parte de abajo haciendo una especie de tazón grande, que luego replicó y unió para dar forma al cuerpo regordete del animal en cuestión.
Mientras, Los Politos, mojaban sus dedos para hacer los pies, la cola, la trompa y la agarradera. En honor a la verdad nuestros hijos son muy buenos con las manualidades y además les encanta. Al final, ya que tuvieron todas las partes simplemente las unieron con agua. Y así, en un santiamén ya tenía cada quien su alcancía de barro. ¡A ahorrar se ha dicho!
Como había que esperar a que secaran un poco y después meterlos al horno mejor, lo cual se lleva su tiempo, nos obsequiaron un par de cerditos ya horneados para que Isa y Santi los pintaran y realizaran así el proceso completo. ¡Que consentidos mis hijos!
A la par, Luis nos contaba que todo lo que saben lo aprendieron de sus padres y sus abuelos. Y a su vez ellos ya lo están heredando a sus hijos tal cual lo manda la tradición en este tipo de oficios artesanales. Es por eso que no podemos dejar de comentarte que cuando adquieras estas y otras piezas artesanales, por lo que más quieras no regatees ni un centavo, pues como nos comenta Luis y cito textual.. «Este trabajo nos cuesta sangre, sudor y lágrimas ya que aquí dejamos la vista, la espalda y la vida misma».
Un gran honor trabajar hombro con hombro con tan dedicados artesanos, Santi no lo podía haber dicho mejor… «Que trabajo tan bonito tienen». Si quieres conocer más acerca de su arte visítalos en el taller “Los Rafael” a las afueras de Amealco sobre la carretera a San Ildefonso donde además de cochinitos podrás adquirir, platos, ollas, cazuelas, tazas, maceteros, etc… ¡Llévate tu lanita ehhh!
El arte de las muñecas de tela
Y siguiendo con la temática de aprender artesanía nos dirigimos al “Taller de Döngu” donde Josefina y Laura nos dieron una muy cordial bienvenida. Procedentes de la etnia hñähñu y vestidas con impecables trajes típicos nos enseñaron más acerca del arte de hacer muñecas. Josefina, fundadora y dueña del taller, es la que toma la palabra y comenta que de muy pequeña le regalaron una muñeca de tela y muy emocionada la traía para todos lados, hasta que se dio cuenta que su familia se dedicaba a hacerlas, fue en ese momento que su infancia terminó y pasó de sólo jugar a manufacturar las muñecas.
Laura no se quiere quedar atrás y nos relata que en alguna ocasión una maestra les pidió que le cotizaran unas muñecas y es ahí cuando su historia dio un giro de 360º. Al darle el precio la maestra, ella asombrada les dijo que estaban muy baratas y que debían ponerle un precio justo a todo el proceso y no sólo al producto final pues el tiempo invertido, la habilidad y destreza de sus manos no se comparaba con nada.
Josefina vuelve a tomar la palabra y con la voz entrecortada nos cuenta que el proceso para llegar a donde están no ha sido nada fácil ya que en una sociedad machista donde la mujer quiere sobresalir muchas veces se topa con lo pared e incluso violencia intrafamiliar. Pero es gracias al esfuerzo, trabajo, dedicación pero sobre todo el amor y la confianza en sí mismas que han salido adelante
La mayoría de las veces las mujeres hñähñus son el pilar y sostén de la familia
Y también gracias al apoyo del Ayuntamiento de Amealco y de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) que se convierten en micro empresarias, adquiriendo así su taller, material, maquinaria y capacitación formal. Transformándose así en generadoras de empleo para toda la comunidad y en un ejemplo de tenacidad y éxito impresionante. ¡Felicidades Josefina!
Recuerdan que antes vendían las muñecas sólo por necesidad, hoy en día además lo hacen por tradición y porque se sienten con obligación de llevar esta artesanía más allá de un simple adorno. Hoy se sienten realmente orgullosas de su trabajo y de ser parte de la historia de Amealco y con el compromiso de contagiar a muchas más mujeres hñähñus de esa sed de triunfo y felicidad que hoy las embarga.
Y ojo, pues no sólo hacen muñecas sino también textiles bordados a mano y a máquina mismos que venden junto con otros artesanos en «La Casa de las Artesanías Doni” ubicada en el corazón del Centro Histórico de Amealco. No dejes de visitar este lugar pues te sorprenderá la variedad de artesanías y productos que se elaboran en la región.
Como familia viajera es muy enriquecedor conocer historias de gente extraordinaria que ha tenido que luchar con todo y contra todo para salir adelante. Y que además se tomen el tiempo de atendernos y ofrecernos un taller express de cómo elaborar una muñeca definitivamente… ¡No tiene precio! Los niños por supuesto quedaron fascinados y se llevaron una gran enseñanza para toda la vida pues al hacer su propia muñeca aprendieron el trabajo y esfuerzo que implica hacerla y ahora valoran aún más las artesanías hechas a mano.
Las muñecas hñähñus no sólo son un juguete para las niñas indígenas, sino una artesanía que refleja tradición, cultura y raíces. Es por eso que Amealco ostenta con gran orgullo el título de “La Cuna de las Muñecas” lo que le ha valido contar con un invaluable museo, El Museo de la Muñeca, mismo que no te puedes perder en tu visita a este terruño queretano.
¿Martes? Ámonos al mole
La gastronomía de este lugar es muy variada pero hay un platillo que se destaca por encima de los otros, el mole. ¡Sí, el mole rojo! Aunque te parezca increíble el mole en Amealco es toda una tradición y por costumbre sólo se vende los martes pues en la atigüedad los comerciantes cerraban sus negocios ese día para descansar y comer de manera especial en familia. Dicha tradición se ha conservado hasta nuestros días así que si quieres probar un rico mole rojo tienes que ir en martes.
Puedes pedir tu mole con pollo pero nosotros te recomendamos lo pruebes con guajolote, ¡neta sabe diferente!
Queremos agradecer de manera muy especial a Victor Ruíz Arteaga por su compromiso, entrega y por todas las facilidades brindadas durante nuestra estancia. Y a toda la gente de Amealco… GRACIAS INFINITAS, tengan por seguro que regresaremos pues Los Polos los llevamos muy dentro en nuestros corazónes.
DE ÚLTIMO MOMENTO
Y como no podíamos quedarnos con los brazos cruzados ante tanto arte y tradición, Los Polos Viajeros decidimos organizar un «Taller Infantil de Muñecas de Tela» en APOYO a las comunidades indígenas hñähñus. Se llevará a cabo el próximo sábado 27 de mayo con la colaboración de Turismo Amealco y Autotur de ADO saliendo desde la Ciudad de México. ¡Inscríbete y juntos engrandezcamos la artesanía mexicana!
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RESTAURANTE CAMPESTRE EL CHAMIZAL
MOLE EL PRIMO
MOLE LULÚ
Hola buenas tardes, ¿me podrías ayudar a contactar el taller donde hacen de los cochinitos de barro? mil gracias me urge,,
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